Conversé con la diputada Alba Cristal Espinoza en diciembre del año pasado. Me atrevo a decir que nadie ha criticado tanto su gestión al frente del Congreso como quien esto escribe y, aunque en ningún momento lo admitió, presumo que eso le generó interés para platicar conmigo. Fue ella quien solicitó la entrevista a través de un amigo en común. Cuando nos encontramos, ella había dejado de ser presidenta del Poder Legislativo y su trato no era el que habíamos advertido muchos durante los dos años anteriores. La mujer soberbia, arrogante, despectiva, había dado paso a una simple mortal, altanera todavía, pero mucho menos.
No me dejará mentir mi amigo, el maestro Luis Bravo -quien estuvo presente en toda la conversación-, que más que plática fue un monólogo en el que la legisladora habló de su preparación académica, de su gestión como presidenta del congreso y de su paso por el RAN. Fue hasta ya pasado un buen rato cuando pude comenzar a preguntarle algunos aspectos que me parecían relevantes.
Para esas alturas, resultaba más que evidente que el gobernador Miguel Ángel Navarro había operado su caída para favorecer las aspiraciones de Elizabeth López Blanco quien, igual que la diputada, pensaba que su nombre estaría en la boleta para la presidencia municipal de Tepic. La cuestioné al respecto y, contrario a lo que hubiera esperado, decidió ser políticamente correcta.
Siguiendo la narrativa oficial, optó por decir que había sido un cambio interno, es decir, nacido entre sus compañeros de partido y que tan sólo consideraba que no habían sido las formas. Por más que insistí en el tema, no dijo nada en contra del mandatario, ni de la entonces funcionaria más cercana a sus afectos. Para la segunda sólo dijo que la conocía poco pero que la respetaba y para el doctor advertí en ella sincera gratitud.
-ojalá hubiera conocido usted al hombre que yo conocí- le dije, en referencia al gobernador Navarro.
-es un gran ser humano, deberías buscarlo algún día y escuchar sus razones- me respondió. Ya no seguí con el tema.
Le pregunté sobre las irregularidades durante su gestión y noté cómo tensó la cuchara entre sus manos y en sus ojos pude ver la incomodidad.
-eso es guerra sucia, en mi gestión no hubo irregularidades. Todo está plenamente documentado y conforme a la ley. Además, en todo momento se le informó, por cortesía, al gobernador de lo que se hacía en el congreso y tú lo conoces, él no permitiría nada irregular- me dijo endureciendo el tono de voz.
-Bueno, el gobernador ya no es el hombre que yo conocí. Este ha permitido grandes robos. Me cuesta trabajo creer que no sepa lo que hacen sus funcionarios más cercanos- le insistí.
-yo todo tengo bien documentado- volvió a decir.
Nos despedimos esa noche y el maestro Luis y yo la acompañamos a su vehículo. Nos hemos topado un par de veces después en el congreso y por más que he tirado buscapiés, nunca ha cambiado su versión de los hechos. Yo tengo otros datos.
Es natural que ella no lo admita, pero su gestión fue tremendamente irregular. Igual que la de Polo Domínguez al frente de la XXXII Legislatura y la de Jorge Segura como titular de la XXXI Legislatura y seguramente igual que los anteriores y los siguientes, los dos años que estuvo al frente del Congreso Alba Cristal Espinoza hubo distracción del erario. Historias existen muchas sobre cómo se armó un entramado para sacar recurso a través de diferentes mecanismos que eran operados por la Oficialía Mayor y un grupo de empleados del propio congreso que distraían, cuando menos, 1 millón de pesos mensuales. De ello es imposible que la diputada Alba Cristal no hubiera estado enterada. A diferencia de lo que se ha dicho, no creo que ese recurso fuera a parar a sus bolsillos en su totalidad.
El patrimonio del exoficial mayor, Lic. Saúl Omar Bustamante Ayala, creció considerablemente después de los dos años en los que estuvo en su responsabilidad pública, sin que correspondan sus adquisiciones – varios negocios entre los que destacan un restaurante y una ferretería- con las percepciones que tuvo durante su encargo. No actuó solo, desde luego. Hay por lo menos un grupo de 6 exfuncionarios y funcionarios todavía en ejercicio que se aprovecharon de la operación bien montada para distraer recurso público del congreso del estado. Llevo meses investigando sobre el tema y no es difícil rastrear el modus operandi:
sobreprecios en la adquisición de bienes y servicios, nóminas fantasmas, cheques dobles, por mencionar algunos.
Un ejemplo de lo anterior fue la adquisición de paneles solares, en enero del 2023. A través de una solicitud de transparencia que un amigo me hizo el favor de facilitarme, pude constatar que, de acuerdo con el contrato No.OM/IAT/DASGCBA/01/2023, firmado por el oficial mayor, Saúl Omar Bustamante Ayala y por el encargado del departamento de Adquisiciones, Jesús Salvador Herrera Ruano, se compró un sistema fotovoltaico por un valor de $4,293,144.92 (cuatro millones doscientos noventa y tres mil ciento cuarenta y cuatro pesos).
Cuando supe el costo del equipo de paneles solares me llamó la atención, pues quien esto escribe, además de ser asesor parlamentario, me he dedicado a vender precisamente paneles solares, por lo que algún conocimiento tengo en la materia. El sobrecosto es evidente. Las características técnicas de la instalación no dan para que costara más de un millón de pesos. En una serie de operaciones se repite el mismo patrón y son los mismos nombres los que salen a relucir, apenas uno busca un poco. Los documentos tardaron en llegar, pero no dejan espacio a las dudas.
Todo lo anterior es un rompecabezas que podría terminar con la historia de un mega fraude de dimensiones mayúsculas. En junio pasado, me reuní con un amigo cercano a la anterior dirigencia estatal de MORENA. Durante la charla, me describió cómo se habían financiado movimientos políticos como la campaña de la senadora Cheny Jiménez en diciembre del 2021, por ejemplo.
Presuntamente los recursos salieron de dependencias como SEPEN, infraestructura, la delegación de bienestar y el propio Congreso local. Siguiendo los rastros, todos apuntan a palacio de gobierno.
En SEPEN, durante la gestión de Elizabeth López Blanco, hubo una operación muy parecida a la del congreso para generar recursos que estuvieran disponibles para la operación política. Algunos documentos obtenidos a través de transparencia comienzan a arrojar indicios de que allá también hay un grupo dedicado a la distracción de recurso público con fines tanto personales como de operación política. Nada diferente a lo que se hizo en los gobiernos de Toñito Echevarría, de Roberto Sandoval o de Ney González. Solo que aquellos no fueron tan mojigatos.
Ayer por la noche trascendió en las redes sociales que la Dip. Alba Cristal había sido citada a declarar por la fiscalía general del estado. Su declaración genera mucho interés, pues la cantidad de información con la que puede contar alguien como ella es sumamente delicada. Basta imaginar el recurso que transitó por sus manos, lo que debió autorizar de manera extraoficial para sus compañeros de la XXXIIII legislatura -incluidos los que fueron reelectos-, lo que debió aportar al partido y la red de complicidades que existen. Debo confesar que tengo curiosidad al respecto ¿dirá todo lo que sabe y de lo que seguramente tiene pruebas o se mantendrá leal al que, por segunda ocasión, la arroja a los leones?
ESCENA POSTCRÉDITOS: En el congreso nada ha cambiado. La distracción de recursos del Poder Legislativo es tan natural como el desayuno de las 9:30 de la mañana que en varias oficinas encargamos. Ahora ya no lo operan para entregarlos a la diputada Alba Cristal y al gobernador, ahora ese recurso va a parar a presidenta partidista más cercana a los afectos del mandatario nayarita. Toda la estructura administrativa es suya desde noviembre del año pasado y así se mantuvo durante las gestiones de los diputados Nataly Tizcareño, Francisco Piña y el actual diputado presidente, cuyo nombre no logro retener, pero que es localmente conocido como “Masecas”.
ESCENA POSTCRÉDITOS DOS: Hace más de una semana recibí una llamada de un periodista de la ciudad de México. Me preguntaba sobre un tema que está investigando relativo al apoyo financiero que los gobernadores de Nayarit y Baja California Sur podrían estar brindando al senador electo Adán Augusto López para que construya -a base de centavos- la mayoría absoluta necesaria para aprobar sin pendientes las reformas constitucionales. Le dije la verdad: desconocía el tema. Sin embargo, creo que no es descabellado. Las movilizaciones y la operación política en favor del fallido proyecto de Adán Augusto en búsqueda de la candidatura presidencial de MORENA costaron mucho, mucho dinero. Fuimos los nayaritas quienes, sin nuestro consentimiento, lo pagamos. Existe mucho cochinero debajo de esa alfombra.