SALVADOR CASTAÑEDA, EL PEQUEÑO.
Por: Ulises Rodríguez.
El presente documento tiene, probablemente, un mes en el tintero. La idea me vino a la mente a raíz de que me di cuenta de lo que ocurría en Huajicori y del silencio criminal que guardó al respecto el diputado Salvador Castañeda Rangel, presidente de la XXXIV Legislatura. Ayer, con la noticia que el propio exalcalde de Huajicori ahora en funciones de títere camaral dio a conocer, en el sentido de que los integrantes de la actual legislatura se otorgaron un bono de 250 mil pesos como bono de fin de año, además de sus respectivos aguinaldos y fondos de ahorro.
Antes de hablar de ese tema, me tomaré la libertad, amable lector, de hacer una propuesta. Que yo recuerde, tan solo hay dos personajes en la vida política local que se llaman “Salvador Castañeda”. El primero, un gigante de baja estatura al que su amigo, Alejandro Gascón Mercado llamaba con cariño “chaparrito”, pero que fue un referente obligado durante décadas cuando se hablaba de congruencia, de ideales, valor y estatura intelectual.
Salvador Castañeda O’connor fue un parlamentario que defendió siempre los intereses de Nayarit y de México desde la tribuna de la cámara de diputados federal, pero lo hizo también en sus declaraciones cuando no ocupó ningún cargo, lo hizo en la plaza pública con discursos tan elocuentes como provocativos. Es un hombre, en suma, que sigue muy presente entre quienes queremos algo mejor para Nayarit, pese a que sus restos reposan bajo una modesta lápida de marmol en el panteón Hidalgo. Salvador Castañeda O’connor fue un gigante.
El otro Salvador Castañeda, su homónimo, el actual presidente del congreso es, por el contrario, un pequeño. No lo es por su estatura física, sino por la enorme limitación de carácter, de valor y dignidad que ha demostrado en apenas un cuatrimestre como diputado local. Por eso, amigas y amigos, mi propuesta es la siguiente: para evitar confusiones que no solo sean desagradables, sino que sean hasta ofensiva a la memoria y al legado de don Salvador Castañeda O’connor, propongo que al presidente del congreso lo llamemos “Salvador Castañeda, el pequeño”. A don Salvador Castañeda O’connor, que lo llamemos igual, pues creo que se ha ganado ese derecho. Al otro, en cambio, si tuviéramos qué cambiarle el nombre en base a lo que ha traído -parafraseando a Joan Sebastian-, lo podríamos llamar simplemente “chava el gris”.
PENOSA LEGISLATURA
Algunas semanas antes de la instalación de la presente legislatura escribí un texto que no ha perdido vigencia y que, leído a la distancia, parece haberse cumplido al pie de la letra. Además de revelar que sería “Salvador Castañeda, el pequeño” el nuevo líder de la legislatura, expuse mis consideraciones en el sentido de que la bancada de MORENA nunca había tenido perfiles tan mediocres como los que tiene actualmente. Esto, no solo reduce el nivel de los debates y de las prouestas, sino que convierte alPoder legislativo en indigno apéndice de los intereses del gobierno estatal. Es decir, ya lo era y lo ha sido siempre, pero ahora con personajes mucho más rupestres. Los diputados del PT van a lo suyo, que no es defender a los trabajadores, sino cuidar sus intereses inmobiliarios y las cuotas de poder familiares apostando su permanencia en el próximo régimen estatal, sea cual sea éste.
Los diputados del verde han sido lamentables también. Entre todo un entramado legislativo para meter, con calzador, a Juan Manuel Hermosillo al congreso y dos diputados señalados, con fundamento, de cometer actos de corrupción -Carmina Regalado y José Gómez-, el verde ecologista en el congreso juega a ser comparsa del gobernador y a apuntalar las aspiraciones de su líder estatal, amén de cuidar también la red de intereses creados en los municipios que gobierna actualmente ese partido en el norte de Nayarit. De esos tres partidos nada se puede esperar.
No me sorprende tampoco la tibieza cómplice de la bancada del PAN ni de la del PRI. Con la decisión de las dirigencias estatales de ambos institutos políticos de postular a los mismos personajes de siempre, agotaron la última reserva de confianza que podía quedar entre la ciudadanía. Ellos no piensan ya en ganar elecciones, han renunciado desde hace tiempo a ese objetivo, desean solo mantener posiciones rotativas entre sus respectivos equipos y guardar el perfil más bajo posible, sin importarles la crisis en que hoy vive Nayarit.
De RSP no hay mucho qué decir. La diputada Jocelyn Fernández a nadie ha engañado, ella no tiene la culpa de ocupar el espacio que hoy tiene pues solo fue la beneficiaria de una transacción entre el gobernador Navarro y Nayar Mayorquín. Jocelyn le responde a quien la puso en ese lugar: el doctor Navarro y eso no debería sorprendernos. No les interesan los ciudadanos, sino la posición que ostentan.
Irónicamente han sido los diputados sobre el que menos expectativas había los que parecen de vez en cuando tomarse unos tragos de valor y al menos entrarle, con pincitas, a los temas que preocupan a los nayaritas. Me refiero a Diego Calderón, de Levántate por Nayarit y el diputado de Nueva Alianza.
250 MIL RAZONES PARA OBEDECER AL GOBERNADOR
Si los ciudadanos realmente están ofendidos por el bono de los 250 mil pesos que se acaban de aprobar para fin de año, déjenme decirles que no es nada nuevo y que seguramente el próximo año incrementará esta cifra. No les va a importar que hoy todavía no se les pague a los bomberos y se les deba todavía a maestros algunas de sus prestaciones. No les importa que la mayoría de los jubilados y trabajadores en activo recibieron esta temporada mucho menos recurso del que recibían en años anteriores, amén de la restricción de sus derechos. No les importa nada, ellos tendrán una navidad feliz.
Hasta que los ciudadanos no se organicen y le quiten el control del congreso a los partidos tradicionales, no esperemos algo distinto. Mientras esto no sea así, los diputados seguirán cometiendo este tipo de acciones pues lo único que se les pide que entreguen es una obediencia ciega hacia el mandatario y en eso sí le echan ganas los legisladores y lo debemos reconocer.
ESCENA POSTCRÉDITOS: Hay una diputada que acompaña su incontinencia verbal con una facilidad temeraria para mandar audios hablando mal de sus mecenas. Su indiscreción, su proclividad a los problemas y sus consideraciones sobre el gobernador Navarro, sobre la exdirigente estatal de MORENA Elizabeth López Blanco y sobre los chilangos deben estar tan repartidas en los teléfonos del estado como si fueran postales navideñas. En uno de estos audios que pude escuchar, la legisladora señala, con un folclórico lenguaje, las deficiencias intelectuales, de carácter y de voluntad de su líder camaral. Aunque el lenguaje me pareció soez -propio de la costa-, debo admitir que la diputada tiene mucha razón en sus consideraciones.