“El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida”
–Bertolt Brecht
En Nayarit la lucha de las personas de talla baja tiene ya más de 17 años activa, misma iniciada por la mujer que me dio la vida, mi mamá.
El teatro es la actividad que más amo y más disfruto hacer en mi vida, me hace sentir libre, saca de mi la intensidad y el amor con lo que hago las cosas, me encanta hacer lo que hago y me encanta saber por qué hago las cosas, hace algunos meses pude llevar una obra al congreso nacional de personas de talla baja, honestamente me emocioné mucho y todavía al pensarlo sigo sintiéndome feliz, porque lo vi como una oportunidad para que más personas de talla baja sepan que se pueden hacer las cosas, a pesar de que vivimos en un mundo de señalamientos, burlas y discriminación, mucha gente se acercó a mi al final de esta función diciéndome que soy una inspiración para ellos, no voy a mentir en ese momento me sentí plena, sentí que tenía todo para ser feliz haciendo lo que hago y demostrando que mi estatura y mi condición no es más que una característica de mi cuerpo, hoy vi que estaban reclutando gente de Talla Baja para una obra en mi estado, un musical donde denominan a personas diferentes como “Fenómenos” entre ellos buscan a una persona de Talla baja, la rabia y el coraje invadió mi estomago y mi garganta, veo toda la lucha del movimiento de talla baja que mi mamá empezó pasar en un abrir y cerrar de ojos, es como retroceder un poco en el camino que hemos estado recorriendo para erradicar la discriminación, con este tipo de actos acumulamos más motivos para que la gente nos vea como propósito de burla, cuando no es así, me encanta ver a mis amigos de talla baja, que son Ingenieros, licenciados, doctores, conferencistas, deportistas de alto rendimiento, maestros, a los grupos y/o equipos de fútbol conformados por pura gente de talla baja, créanme que los admiro con cada pedacito de mi alma y son una inspiración para mi por que me demuestran, le demuestran y le demostramos al mundo de lo que somos capaces y que nuestra condición física no nos limita a ser lo que queramos ser.
Juan Carrillo: Es algo difícil de contestar, ya que yo salí de Nayarit hace quince años, y aunque soy nayarita, mi percepción del movimiento teatral es ajena. Con todo el desconocimiento por delante me atrevería a decir, que me parece que un factor que dificulta el desarrollo de la actividad teatral es la falta de profesionalización, no existen actores de profesión en Nayarit, hasta donde sé todos tienen otra actividad u ocupación y dedican el tiempo que les es posible a la actividad teatral; por otro lado, el estudio del teatro no es una práctica constante, de entrada por que no hay acceso a libros o material de estudio, tampoco hay centros o instituciones especializadas en arte escénico, el actor de Nayarit se hace en las tablas, por supuesto que eso no lo demerita, para nada, sólo hace que sea mucho más difícil su desarrollo. Otro aspecto es la falta de intercambios de actividad teatral como festivales, talleres etcétera, este tipo de acercamientos para los hacedores del teatro son escasos y cuando suceden, son esporádicos, lo que impide una continuidad formativa en los teatreros. ¿Qué sugiero? Difícil también hacerlo. De entrada hay que dar voz y espacio a los teatreros, que a pesar de sus condiciones, hacen y producen teatro, sugeriría apostarle al intercambio y no a la competencia; apostarle a los jóvenes y poner herramientas a su alcance. Pienso de pronto que acercarse a la propia cultura nayarita, estudiarle, experimentar con discursos escénicos que partan de un origen genuino, cercano a los intérpretes, puede ser una vía para comenzar a construir un teatro de mayor identidad; crear estrategias de intercambio, no sabría decir con precisión cuales ni cómo, pero estrategias donde al teatrero nayarita se le ofrezca la posibilidad de hacer y estudiar teatro, primero en su entorno y fuera de él después.
