Hoy, al término de la ceremonia de toma de protesta de la doctora Norma Liliana Galván Meza como rectora de la UAN un grupo de reporteras y reporteros nos esperamos afuera del Teatro del Pueblo para entrevistarla.
Sin embargo, como suele ocurrir cuando alguien inicia una gestión de cierta importancia, algunas personas de su círculo cercano, los quedabien, intentaron obstaculizar nuestro trabajo, con el argumento de que no daría ninguna entrevista porque tenía que irse al campus universitario a cumplir con sus primeras responsabilidades y una entrevista en ese momento no era prioridad.
No obstante, las y los compañeros comunicadores esperamos a la doctora Galván, quien al salir amablemente accedió a responder a algunos cuestionamientos, en medio de los apresuramientos de su círculo cercano, uno de cuyos integrantes, con la punta de los dedos, me aventó de un hombro diciéndome: “te quitas, porque por aquí va a pasar la rectora”.
Por supuesto que en mis aproximadamente 34 años de ejercicio periodístico he vivido peores situaciones con asistentes de muchos funcionarios, pero el mensaje es claro: flaco favor le hace a una servidora o servidor público rodearse de este tipo de personas, aún cuando sea un organismo autónomo.
Cabe señalar que antes del evento, el mismo grupo de reporteros y reporteras abordamos al gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero a su llegada al Teatro del Pueblo y el trato que se nos brindó fue diametralmente diferente.
Hay niveles.