Los cambios en el gabinete
Crónicas Políticas.
Por: Luis Ignacio Palacios.
Tepic, Nayarit.- Con solo ver a los nuevos titulares de las secretarías de turismo y de educación pública del gobierno estatal, es de admirar la valentía y el tesón del gobernante Roberto Sandoval, de apostarle a sus amigos, de llevarlos a puestos de enorme responsabilidad a personas como Catalina Ruiz y Héctor López, cuyo perfil es escaso para las responsabilidades que le son propias en tales dependencias.
En el ejercicio de sus omnímodas atribuciones, el titular del poder ejecutivo, sigue la constante, deposita su confianza en su gente, pese a que la lógica política –si es que alguna vez la tuvo- indica que tendrá problemas de operación, merced a la inexperiencia y la novatez de aquellos en quienes se empeña le acompañen a llevar a buen barco el segundo trienio de su sexenio.
Sin desdoro de las luces y el talento de algunos de sus funcionarios, los que no están ubicados en la primera línea, -como Luis Apaseo- el estilo personal de gobernar de Roberto es sencillo, directo y sin posturas impostadas; se le ha criticado –quizá en demasía- los explicables equívocos y yerros de algunos funcionarios en el primer trienio que no le han sido favorables.
Ni quién se atreva a alegarle, su estilo es pues hegemónico, unilateral y no dado a las discusiones o la confronta; sus crisis de interferencias políticas las arregla personalmente; sabe utilizar las debilidades expósitas de sus funcionarios como instrumento distractor y a la hora de los resolutivos, es él, quien determina el cómo se resuelven. No debiera pues extrañarnos el talante de las personas que lleva a Turismo y Sepen.
Ahí, en este territorio debemos entender el permanente clima de inseguridad y de nerviosismo que tienen algunos de los funcionarios gubernamentales; se sabe pues, que al interior del equipo gobernante se usa la mano de hierro, sin guante alguno; el ejercicio de poder de Roberto, así lo impone, en este que es su particularísimo espacio, que nadie osa disputarle.
Hemos de ver más cambios, del cómo se fusionan algunas dependencias; y tal como se ha inducido por el mismo Sandoval, habremos de recibir el próximo 15 de enero a Rafael Vargas Pasaye, como nuevo titular de prensa y relaciones públicas; un hombre talentoso y experto en marketing; casado con una nayarita que funge como coordinadora de medios de la secretaría general y de administración y finanzas. Será bien recibido.
Y en las otras dependencias, según se aprecia, tendremos la constante que los identifica, la incondicional sumisión al gobernante; esperando que puedan crecer en la oportunidad que se les está brindando.
QUE CUMPLAN
En una entidad como la nuestra, todo lo que haga o deje de hacer el gobierno del Estado y los ayuntamientos, se refleja de una u otra forma en el devenir de la sociedad, en nuestra macilenta economía, en el poco o mucho del reciclaje del capital; lo deseable, es que desde el gobierno, que es un sitial privilegiado, no se compita en la apropiación del reparto social.
Los sectores privados, las organizaciones empresariales y en general la gente que trabaja, no desea que los funcionarios sean su competencia.
Todo lo contrario, la sociedad desea que el gobierno del Estado, independientemente de su filia asistencialista, que regala dinero, despensas y favores a su amplia base social; cubra el expediente de ser un auténtico promotor de las actividades económicas, de nuestras vocaciones productivas que son muchas.
Esto es lo que se le pide a los viejos y nuevos funcionarios que hoy Roberto pone en los reflectores de los cambios y reacomodos de su gabinete; que cumplan y trabajen para la sociedad; Héctor López trae consigo la leyenda negra aún no aclarada de un millonario desvío de recursos federales cuando fungió como edil en su natal Compostela (periodo 2008-2011); su tesorera de entonces, la ahora diputada federal, Gloria Núñez, por igual, tienen aquel asunto aún sin aclarar.
Y aunque algunos en el gobierno le apuesten al noble ejercicio del olvido de la gente, no todos los ciudadanos tienen una flaca memoria; todo se registra, nada se olvida y por ser lo que son, funcionarios de primer nivel, estarán siempre en el ojo del ciudadano, en el escrutinio permanente de la sociedad; por eso, a las recomendaciones que les ha dado su patrón, el gobernador, desde este espacio les recordamos que se deben en última instancia a la sociedad en general, y que por lo tanto su conducta debe revestir los mínimos valores de ética y moral pública.
Solo de esta manera se puede prestigiar a un régimen, no hay de otra, eficiencia en el cumplimiento de sus responsabilidades, transparencia en el manejo de los recursos a su cargo y una deontología de servidor público, que le de prez a la administración en la cual trabajan.
Es todo lo que la sociedad quiere, mientras, es posible que reciban el beneficio de la duda.., veremos pues de que pasta están hechos para afrontar sus responsabilidades públicas.
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