33 años de la partida del maestro Jaime Buentello Bazán
No existe el tiempo y el espacio dicen algunos, no hay fronteras terrenales, dicen otros…
Por: Flavio Vladimir Rivera Michel
Quizá una de las primeras recomendaciones de Dios hacia sus hijos sea: “cuando dejes éste mundo, déjalo mejor de como lo encontraste… y si dejas huella, que sólo sea en los corazones de la gente “…
Estas dos consignas que en algún lado leí, aplican perfectamente en la figura personal y artística de Jaime Buentello Bazán. Un ser diferente y adelantado 30 años a su tiempo, de vertiginoso proceder artístico, enérgico en su trato, pero con la diplomacia de hombre de mundo, derivado quizá, de haber sido un espíritu viejo que vino a cumplir su tiempo terrenal y por eso a nosotros nos pareció un sueño fugaz.
Me quedaría corto y pecaría de inexperto queriendo hacer una biografía del artista, sólo escribiré lo que como su alumno conocí, leí o me enteré sobre su caminar en la danza folklórica desde el primer contacto que tuvo con en ella, al lado del maestro Javier Chapa en su natal Monterrey, donde fue bailarín y curioso alumno investigador de las festividades de los pueblos de la Sultana y sus bailes conmemorativos.
Siguiendo su destino se va a la ciudad de México para aprender de las grandes figuras de la época. Su talento en el folclor lo llevaría a Europa como Director Artístico del Grupo Xochipilli ,que dirigía la maestra Graciela Vellido, logrando un rotundo éxito y adquiriendo una experiencia que lo instalaría para siempre en el firmamento de los grandes Maestros de la Danza en México, dada la rentabilidad artística de sus creaciones (que se bailan en todo el país) y por la importancia de sus trabajos de investigación de las etnias de Nayarit, dando origen a una corriente folklórica que permanece en el tiempo y al parecer es única en México, ya que en el año 2010 el INBA, reconoció su legado, haciendo un homenaje in memoriam en la Sala Miguel Covarrubias de la UNAM, avalado por el Centro de Investigación de la Danza “José Limón” e impreso en la edición “Una vida en la Danza. 2a. Época “, reconocimiento instituido originalmente por el maestro José Segura, también mentor de Buentello Bazán en sus inicios.
Su trabajo en nuestro Estado es grande y generoso.
Su lema, “por la divulgación del folklore”, lo convierten en el hacedor y padre de la Danza Folklórica en Nayarit, ya que formó miles de bailarines y miles de Maestros de Danza Regional Mexicana en la escuela que fundó y que sigue vigente hoy en día, convocando alumnos de todo el territorio nacional y dejando en el tintero, por su muerte, una especialidad de formación de Maestros Investigadores que sería la primera en su tipo en el país.
Solamente unos cuantos, fuimos sus alumnos directos; lo padecimos, lo disfrutamos y por ósmosis nos transmitió el amor al folklore que nos identificó para siempre en el argot como “hijos de Buentello”, y como él decía, “una voluntad firme y disciplinada es el camino del éxito”. Así nos formó y educó para darle de trancazos a la vida, convirtiéndose literalmente en nuestro padre.
Éste intento de semblanza es una pequeña muestra de respeto y afecto para mí gran Maestro Jaime Buentello Bazán, nayarita por elección, al que hoy, a 33 años de su partida, en su honor, me pongo de pie y quitándome el sombrero, le brindo una ovación de aplausos hasta donde se encuentre… Sea.