ENTRE AMORES Y COMPLICIDADES

Por: Ulises Rodríguez.
En la ciudad de México se escucha que Nayarit será la sede del próximo congreso nacional de terapeutas de pareja. Esto no es un logro menor y podría acaparar la atención de todo el país durante las próximas semanas, cundo terapeutas de prácticamente todos los rincones del país incentiven a sus pacientes -parejas con múltiples problemas que ponen en riesgo su permanencia juntos- poniéndoles como ejemplo un caso de éxito: la relación entre el gobernador de Nayarit, doctor Miguel Ángel Navarro Quintero y los Galván-Ponce, responsables de gobernar Tepic.
Lo anterior, amable lector, podrá usted pensar que es puntada mía o acaso una alucinación propia de mi convalecencia, pero le aseguro que no es así. No dudo que usted tenga la misma sorpresa que yo cuando lo escuché, pero le comparto la justificación que también a mí me dieron los profesionales de la salud mental y de las relaciones en pareja.
Según ellos, la cordialidad inicial entre los Galván-Ponce y el Dr. Navarro Quintero en 2018, se antojaba una tarea difícil, toda vez la fobia irracional que el galeno guarda respecto de todo lo que huela a Ney González, su némesis, cuya destrucción política y personal, el actual gobernador ha tomado con la convicción de un cruzado que marchaba a medio oriente en el siglo XI. Sin embargo, salió adelante y ambos llegaron al congreso federal. Los Galván-Ponce se repusieron a sus derrotas del 2017 -él, Galván, a presidente municipal por el verde ecologista y ella a diputada local por MORENA- y se aseguraron la representación de Tepic en la cámara de diputados, mientras que el doctor Navarro hizo lo mismo después de su fallida candidatura al gobierno de Nayarit un año antes y ocupó así, por segunda ocasión, un escaño en el senado de la república. Desde la misma noche del triunfo electoral, fue inevitable pensar en que ellos serían la mancuerna que competiría por Nayarit su capital en 2021. Así fue.
Hábiles en el juego político, los Galván Ponce fueron los primeros en respaldar al senador Navarro rumbo a la elección a gobernador en 2021. Ni Mirtha Villalvazo, ni Pavel Jarero, mucho menos Cora Cecilia, senadora también por aquellos días. El primer respaldo de un compañero legislador lo recibió el doctor de los Galván Ponce. Todos sonrieron para la foto. Todos eran felices. Otra vez, un triunfo inobjetable. Miguel Ángel Navarro se convirtió en el nayarita más votado en una elección para gobernador y Geraldine Ponce se convirtió en presidenta municipal de Tepic. Seguramente, esa noche, entre lágrimas y risas, la joven le dijo a su mentor y futuro jefe de gabinete lo mismo que hace décadas le dijera Carlos Salinas de Gortari a su padre en el momento de su asunción a la presidencia de México: “nos tardamos veinte años, pero llegamos”.
Los Galván-Ponce, desde luego, se tardaron mucho menos. A ellos les tomó apenas un sexenio apoderarse del municipio y convertirlo en su negocio familiar. En 2015, el candidato del PAN a diputado federal, Alejandro Galván, contaba siempre con la entusiasta compañía de una jovencita de Pantanal, vestida siempre de azul -para ir ad hoc con su proyecto político-, reina de belleza a la que patrocinaba en sus actividades. Seis años después, la muchacha asumía como presidenta municipal de Tepic, sólo que ahora ya no viste de azul, ni de guinda, ahora viste de marcas que nacen del buen gusto que a muchos políticos se les despierta apenas tienen acceso al erario. Es allí cuando comenzó la hostilidad entre el gobernador y la pareja que gobierna Tepic.
Ya con el poder asegurado, el doctor sacó a flote sus fobias. Comenzó a exhibir -no sin razón- a los Galván Ponce. Los persiguió con fiereza por razones que en otros alcaldes ignoraba. Al punto más álgido de esta difícil relación llegó la mañana del 8 de septiembre del 2023, cuando de la lujosa casa que rentaba la alcaldesa de Tepic, elementos de la fiscalía sacaron esposado a su jefe de gabinete y padre de la pequeña hija de Geraldine Ponce. De esto dio cuenta la misma presidenta, quien en una extensa transmisión en vivo dio cuenta de lo que dijo ser una persecución política y acusó al gobernador de “ser un hombre malo”. Menos de 24 horas después y una serie de regaños en palacio nacional y Bucareli, Galván quedó libre. Entre los Galván-Ponce y el doctor se inauguró una temporada de ignorarse mutuamente.
Llegaron las elecciones del 2024 y los Galván Ponce se resistieron a dejar lo que para ellos ha sido un negocio sumamente redituable: teniendo en la bolsa el senado de la república optaron por la reelección en el gobierno municipal. Esto cerró el paso a las aspiraciones de Elizabeth López Blanco, lo que significó, seguramente, un fuerte disgusto para el mandatario estatal, en cuyo corazón vive la actual asesora en materia educativa y afiliadora estrella de MORENA. La forma de cobrarse la afrenta fue operar la derrota de los Galván Ponce y apostar por la candidatura de Luis Zamora, diputado con licencia por aquellos días que asumió la candidatura de Movimiento Ciudadano. Los números no permiten espacio a dudas: Zamora no solo estuvo a punto de ganarle la alcaldía a los Galván-Ponce sino que los votos que recibió de diferencia él y que lo metieron de lleno en la competencia fueron los votos de la estructura de MORENA que obedece al gobernador Navarro y que fueron operados por López Blanco. En esta jugada, tal vez, encontremos la fuente de más desacuerdos entre el gobernador Navarro y los Galván-Ponce.
EL MILAGRO DE LA RECONCILIACIÓN
Ocurrió luego lo que nadie pensó que ocurriría: sin que hubiera indicación de la ciudad de México de por medio, Miguel Ángel Navarro Quintero decidió pactar con los Galván Ponce para entregarles la gubernatura. Una sola cosa pidió: que, a cambio de su respaldo, no hubiera resistencia por parte de los Galván en entregarle la alcaldía de Tepic a Elizabeth López Blanco, la afiliadora-asesora en materia de educación más cercana a sus afectos. Solo la alcaldía de Tepic podría brindarle la protección que necesita la licenciada en psicología para evadir la justicia en un régimen que le fuera hostil después de haber sido ella protagonista en una serie de desvíos de recurso público a la vista de todos en varias instituciones.
El pacto entre lobos, bien podríamos decirlo, nació no solo de la complicidad, sino del amor.
Hoy los Galván -Ponce han perdido la ventaja que los posicionó rumbo al 2027. Y es que todo mundo sabemos que son corruptos, que son ineficientes, que son cínicos y sin vergüenzas, pero durante casi 3 años, hay que decirlo y reconocerlo, fueron la única oposición a Miguel Ángel Navarro, uno de los gobernadores más mal evaluados del país y acaso el peor que hemos tenido en Nayarit. Ponérsele al tú por tú a un gobernador tan repudiado por los ciudadanos sin duda les redituó políticamente. Ahora, bajo la nueva dinámica de complicidad, habrá que ver lo que ocurre.
Después de la relatoría del terapeuta consultado, escuché que nadie como el gobernador de Nayarit y los Galván Ponce luchaban por salvar su relación y que ello les resultaba tan conmovedor como inspirador. Han dejado de hablar mal unos de otros, en público, ocasionalmente, hasta intercambian elogios. Acuden juntos a eventos y se respaldan mutuamente en acciones de políticas públicas. El mismo gobernador que quiso utilizar hace un año a la ASEN como instrumento para hostigar a los Galván-Ponce -de nuevo, en función de múltiples observaciones bien fundadas- hoy dice no tener una sola en su contra. Inmejorable acto de buena fe por parte del gobernador para sus posibles sucesores. Si fueran un matrimonio, a nadie le quedaría la menor duda de que ambas partes están luchando por salvarlo.
Habrá que estar atentos cuánto dura la presente luna de miel.
ESCENA POSTCRÉDITOS: Este es el primer intento de artículo que publico en casi dos semanas. Pido de antemano disculpas si el mismo carece de coherencia, pero aún no me siento por completo recuperado mentalmente para escribir. Hacerlo, sin embargo, es lo que más extrañaba. Esta semana estaré sacando algunos artículos que dejé en el tintero.