¿Y ELIZABETH LÓPEZ BLANCO?
Por: Ulises Rodríguez
En cada régimen hay personajes que surgen de la nada, alcanzan un poder que a veces parece no haber tenido precedentes claros y luego se pierden entre la bruma del cambio de régimen. La historia nos da muchos ejemplos de ello. En el Robertismo, por mencionar algunos, se encumbraron nombres como el de Margarita Flores, Roy Gómez, Gianni Ramírez y Gerardo Aguirre, mismos que siguen vigentes, pero ni de chiste han vuelto a alcanzar la relevancia que alguna vez tuvieron, más que por sus prendas personales, por bondad del régimen del que formaron parte. El ejemplo más claro que se me ocurre durante el gobierno del Dr. Navarro de un caso similar es el de la licenciada Elizabeth López Blanco.
Me dicen varios amigos que hace no mucho, cuando estaba ella oficialmente todavía en la dirección de SEPEN, indagó si de mi parte hacia ella había algún tipo de animadversión o alguna razón particular que motivara mis críticas. No es así. Tengo la fortuna de no sentir por nadie alguna especie de rencor o algo que pudiera corroerme el alma. Trato de escribir con la mayor imparcialidad de la que soy capaz, pensando tan solo en denunciar aquello que considero necesario que, como ciudadanos, tenemos la obligación de saber. Respecto de la licenciada Elizabeth López Blanco creo, incluso, que no ha sido una persona malintencionada, pero tampoco tengo la menor duda de que ha sido una persona que está muy lejos de ser honesta en las responsabilidades que ha tenido los últimos 3 años. Lo explicaré a detalle más adelante.
… DE LA NADA
El nombre de Elizabeth López Blanco cobró alguna relevancia a partir del ascenso del doctor Miguel Ángel Navarro Quintero como senador de la república primero y después, como candidato a la gubernatura en 2021. Se instaló definitivamente como la operadora más cercana del gobernador electo durante el proceso de transición, entre junio y septiembre del 2021 y muchas decisiones -principalmente administrativas-, no se explicarían sin su influencia durante los últimos tres años. Era la funcionaria más cercana a los afectos del gobernador y lo fue hasta hace unos meses, cuando hubo una ruptura que ha derivado en la pérdida progresiva de poder para la mujer que alguna vez fue determinante para las decisiones del inquilino de palacio de gobierno. Su currículum no revela ninguna actividad de consideración más allá de su apoyo electoral al actual mandatario cuando éste fue candidato en 2017. Allí podemos situar la coincidencia entre ambos.
Sin duda, su falta de experiencia la supo compensar con diligencia, con una habilidad extraordinaria para ganarse la confianza del Dr. Navarro Quintero y sí, hay que decirlo, con lealtad. Me gustaría mucho ilustrar un episodio del que tuve conocimiento, en donde la exdirigente de MORENA decidió, estando en medio de una situación delicada que la obligaba a elegir entre sus hermanos y el doctor, por permanecer al lado del entonces senador. Considero, salvo mejor opinión de usted, amable lector, que la lealtad de la muchacha respecto de quien le dio su confianza es incuestionable. Esto, sin embargo, no la exime de haberle ocasionado enormes problemas durante su administración. No fue culpa de ella, que es inexperta en estos menesteres, sino de quien le dio esa responsabilidad.
LA RUPTURA
No se podría precisar bien la fecha, pero debió ser hace meses. Al Dr. Navarro se le comenzó a notar desganado cuando se le mencionaba a la Lic. Elizabeth López Blanco. Cesaron los elogios hacia su persona, que antes eran interminables. Cesó también la comunicación directa y comenzó a ser a través de intermediarios. La enorme estructura político-financiera-administrativa que ella organizó empezó a ser sustituida por personajes no tan afines a ella y cada vez más cercanos al otro grupo dominante en la actual administración: el de los chilangos. Vino después la instrucción para que “la licenciada” no tuviera acceso a ningún evento en el que estuviera el mandatario -baste recordar el 3er informe de gobierno, donde fue la única dirigente partidista que no tuvo un espacio dentro del teatro del pueblo- y la instrucción a la Dirección de Comunicación Social para que ya no promocionaran su imagen, sino que ahora hicieran crecer el perfil de la Dra. Beatriz Estrada y su labor al frente del DIF.
Hoy, prácticamente el único vestigio de poder que le queda a López Blanco es el congreso del estado en la figura del Dip. Salvador Castañeda y de la oficial mayor. Siguen controlando la nómina, los ingresos de personas afines a su proyecto y la designación de los salarios correspondientes. Controla todavía a MORENA como partido político. Algo que no es de extrañar.
Hay quienes piensan que la joven será defenestrada completamente, pero creo que se encuentran en un error. El doctor no la abandonará a su suerte por una razón: la complicidad que entre ellos existió durante los últimos años, misma que va más allá de temas personales y que pasa por una enorme red de desvío de recursos institucionales de la que ella pudo haber sido operadora, pero el doctor fue quien giró la instrucción. Como lo veo, el único camino del gobernador es acotarla y blindarla en el 2027 asegurando su espacio al congreso local o al federal, sobre todo si ocurre lo que el mismo doctor está propiciando, que los Galván-Ponce ganen la candidatura de MORENA a la gubernatura en la próxima sucesión gubernamental. Por esto, considero que López Blanco podría reintegrarse a la administración estatal en SEP o SEPEN, donde se dice que podría ir o buscarle un espacio en la administración pública federal.
DESPUES DEL 27
Durante el gobierno del Dr. Navarro Quintero, igual que en el porfiriato, hay dos grupos político/económicos que se han adueñado del poder gubernamental. Por un lado, “Los chilangos”, encabezados por Gabriel Camarena, el gran operador jurídico encargado de impulsar aquellas reformas que le permitan obtener recursos al grupo económico al que sirve y que financió en 2021 la campaña por la gubernatura del Dr. Navarro, igual que la de otros senadores de la anterior legislatura como Américo Villareal, Rubén Rocha, Alfonso Durazo y Víctor Manuel Castro Cosío, gobernadores actuales de Tamaulipas, Sinaloa, Sonora y Baja California Sur, respectivamente. La tarea de Camarena ha sido, junto con Diana López Zurita y Javier Mercado, la de viles cobradores que tienen el permiso del mandatario de sacar dinero de donde puedan para entregarlo a sus verdaderos amos, unos que viven allá por Tamaulipas y Nuevo León. Por el otro lado, estuvo el grupo de Elizabeth López Blanco, mucho más apegado a los intereses del propio gobernador y que ha sido encargado de operar al grupo político del mandatario y de distraer recursos de varias instituciones para los fines personales y políticos que el gobernador Navarro decida.
La diferencia entre estos dos grupos no solo estriba en la lealtad que pudiera existir respecto del gobernador sino que, en los latrocinios que han hecho unos y otros, los de López Blanco son mucho más fáciles de rastrear que los de los chilangos. A Camarena, Diana López y a Mercado, difícilmente se les va a comprobar alguna de las miles de operaciones ilícitas que han impulsado desde el gobierno, mientras que en el caso de Elizabeth López bastará con una investigación de ASEN cuando a esta institución la controle el nuevo régimen a partir del 2027 y el testimonio de quienes han sido sus operadores financieros, deseosos de colaborar con el nuevo gobierno y salvar ellos mismos sus cabezas. En este escenario baso mi tesis de que en la mente del gobernador está bien instalada la idea de proteger a López Blanco a su salida de la gubernatura. Inteligente como es, el gobernador bien debe saber a estas alturas que cualquiera puede ser gobernadora, menos los dos cuadros que está impulsando hasta este momento -La Dra. Beatriz Estrada y Héctor Santana-. Su salida del gobierno será todo, menos tersa y López Blanco es un cabo suelto.
CONSEJO NO PEDIDO
Estoy bien seguro de que alguna vez el gobernador debió haberle dicho a la exdirigente de MORENA, por la cercanía que durante años tuvieron, una de las frases que más repite el galeno y que también, mayor razón guardan: “en el poder, los enemigos son casi siempre de verdad, pero los amigos son de mentiras”. Le digo lo anterior porque he observado en muchos políticos, de todos los partidos, el terrible error de ser victimas de su propia soberbia y creerse más de lo que en realidad son. Este error es a menudo hijo de los halagos y la lisonja de quienes tienen por forma de vida estar en las nóminas estatales ofreciendo a cambio su dignidad y una supuesta simpatía que se esfuma apenas se terminan las posibilidades de aquellos de los que antes hablaban como si el estado entero los hubiera estado esperando para que dirigieran nuestros destinos. Son los mismos. Usted, amigo lector, de seguro los identifica. Seguramente también los identifica el gobernador, pero aun así ha preferido pagar cantidades ingentes a medios de comunicación carentes de cualquier vestigio de credibilidad con tal de mantener la percepción de que todo está bien, que todo es bonito. No lo es.
ESCENA POSTCRÉDITOS: En los hospitales públicos del estado no hay insumos para trabajar. Hablé con amigos químicos que tengo en hospitales de IMSS Bienestar en el norte del estado y me dicen que desde hace semanas solo están requeridos a presentarse a sus lugares de trabajo, pero no le pueden brindar atención a los pacientes que la solicitan. No hay reactivos ni insumos para trabajar. No hay tampoco motivación: por las maromas jurídicas y administrativas del gobierno federal, el personal especializado ha perdido la certeza jurídica de sus derechos. Con un mes que el gobernador dejara de pagar la nómina de los medios de comunicación que reproducen sus boletines que nadie cree, bien podría surtirse la lista de requerimientos de dichos hospitales, al menos, para que trabajaran parcialmente. Hay prioridades.