Tentación por la lisonja
Punto Crítico
¡Buenas tardes habitantes de la Ciudad que sonríe, tierra que como Macuspana, es un edén!
Los políticos muchas veces, la mayoría, prefieren el tener gatos que les aplaudan o alaben, que aliados que sean críticos y den su opinión.
Valoran más la porra y la quema de incienso, que la opinión que vaya en contra del sentido de sus acciones y opiniones.
Es un error, puesto que se rodean de mucho lamehuevos que, precisamente, hacen de su nicho de oportunidad para encontrar chambas o canonjías, en el felatio descarado.
Se debe en muchos casos a que el políticos cree que TODAS sus opiniones son correctas, aunque vayan en contra sentido de lo que pregonaron antes.
Nadie osa decirles que se equivocan, puesto que toman a mal la crítica y la ven como “ataques”.
Por ejemplo, si comentas que un policía hace mal su trabajo, ellos lo traducen que dijiste que TODA la policía está mal. Y luego salen los corifeos a “defender” la causa.
O si dices que el gobernador o el presidente hizo caso omiso de tal cosa o realizó una acción indebida, inmediatamente barberos de todo tipo salen a “apoyar” al dueño de la nómina.
Así, no puedes opinar so pena de caer de la gracia de muchos.
Lo peor es que sus subalternos, que son más papistas que el Papa, la agarran casi personal, empeorando la situación.
Es obvio que los políticos prefieren gatos que aliados críticos.
Pero a la hora del verdadero debate, los gatos son incapaces de responder pues carecen de credibilidad y argumentos y quienes le atoran son, precisamente, los aliados críticos.
Se las dejo de tarea.