¡Pobre Dandy!
MEMORIA
El jueves pasado, mientras disfrutaba en el cine de la última entrega del 007, “Sin tiempo para morir” -que, dicho sea de paso, será la última también en la que aparezca Daniel Craig como el espía británico más famoso del cine-, entró a mi bandeja de Facebook un mensaje de mi amigo Octavio Campa, quien amablemente me invitaba a escribir en su medio ONDA Cultural. Hace algunos años ya había tenido el honor de ser columnista en dicho medio, por lo que la oportunidad que me ofrecía de nueva cuenta Octavio me llenó de emoción y expectativas. Tanto ONDA cultural como Nota Nayarit, son medios de comunicación serios a los que mucho respeto como lector, por lo que trataré de estar a la altura como columnista. Amén del respeto que siento por Octavio y por su padre, el poeta Octavio Campa Bonilla. Esta es pues, mi primera colaboración, misma que espero pueda ser del interés del lector.
Desde el pasado 19 de septiembre, fecha en que rindió protesta como gobernador constitucional del estado el Dr. Miguel Ángel Navarro, el desfile de personajes que han posado en algunas de las salas de palacio de gobierno con un oficio que contiene su nombramiento en mano, al lado del propio gobernador o de su secretario general de gobierno, el Lic. Juan Echeagaray ha sido extensa. Son mujeres y hombres que reflejan la pluralidad del gobierno encabezado por el exsenador. Hay de todo, priistas, panistas, perredistas, petistas, hay personas cercanas a la familia Montenegro, mucho “toñista”, algunos “neycistas”, uno que otro despistado que trabajó con Celso o con Rigo, muchos, realmente muchos sandovalistas, lo que casi no hay, son morenistas de los de verdad. Me explico. El último trimestre del año 2017 fue, posiblemente, el de mayor crecimiento cuantitativo que tuvo MORENA en Nayarit. Ni en 2013, ni en 2014, tampoco en 2015 o 2016, cuando personas realmente comprometidas con una idea de cambio y con el proyecto del tabasqueño López Obrador intentaban formar un partido propio con el que pudieran competir por la presidencia de México en 2018, se tanto acercamiento de militantes al partido como el último trimestre del 2017. Antes de esa fecha, los simpatizantes de MORENA -los buenos-, tuvieron que posponer varias veces su asamblea constitutiva porque no lograban obtener el quorum necesario. En 2015, nadie quería ser candidato a diputado federal por ese partido y, de pronto, después de haber perdido la gubernatura y 19 alcaldías en junio de 2017, para noviembre del mismo año, a los ex sandovalistas, ex priistas, ex panistas, perredistas y de casi todas las corrientes, les salió el amor por la camisa guinda. En el 2018 ganaron todo lo que se podía haber ganado y, de ser la oposición más emblemática del país, MORENA se convirtió en gobierno.
El fenómeno que ocurrió entonces es muy parecido al que sucede ahora: MORENA como marca arrasó en las elecciones, tuvo la fuerza suficiente incluso, para jalar a marcas tan pequeñas como el Verde Ecologista, Nueva Alianza y el PT, pero no llegaron al gobierno los morenos de verdad. Javier Mercado, hoy secretario particular del gobernador; Margarita Morán Flores, diputada local perredista -y esposa del ex secretario general de gobierno que antes de irse de la administración tuvo la cautela de colocar a sus hijos en espacios de gobierno y él mismo aceptar una notaría pública-; los hermanos Lerma Nolasco, son un ejemplo de los morenistas de última hora que llegaron ya no en el 2018, sino en el 2021 y que hoy se hacen cargo de gobernar al lado de un hombre que, pese a las enormes prendas personales que pudiera tener, no hubiera sido senador en 2018 ni sería hoy gobernador si no hubiera sido postulado por la marca de MORENA. En cierta forma, el propio doctor Navarro y todo su gabinete, son beneficiarios del esfuerzo de los morenos de a pie, a los que hoy tratan con desdén.
La semana pasada, por citar un ejemplo, se dio a conocer la incorporación del licenciado Trinidad Espinoza Martínez al gobierno del Dr. Navarro, ¡Trini!, ¡Trini Espinoza! El mismo que defendió siempre a capa y espada al PRI, el mismo que al propio doctor para el que ahora trabaja lo llegó a llamar “perdedor”, ese mismo personaje hoy despacha desde gobierno del estado ¿no merecía más, ese espacio acaso, una persona como Benito Madera?
Fueron pocos los fundadores de Morena que obtuvieron espacios desde los que puedan incidir en la vida pública. La mayoría, al margen de si lo hacen bien o mal, le están imprimiendo su sello y eso se vale en una democracia. El resto, los que han llegado con un partido y con otro, siguen siendo lo que eran hace un año, la única diferencia es el color de la casaca que ahora visten.
Personajes como Héctor Santana, Any Marilú Porras, Omar Cánovas, fueron corruptos antes y me cuesta trabajo creer que ahora sean honestos tan solo por haberse cambiado de partido. Con ese escenario, a mi mente vino el triste recuerdo del DANDY, aquel caballo pura sangre de Roberto Sandoval que tuvo una muerte temprana. Precisamente eso, su fallecimiento prematuro, impidió que corriera la misma suerte que Incitatus, el caballo que fue nombrado cónsul por Calígula. Si Dandy viviera y hubiera triunfado MORENA en 2021, seguramente sería diputado o cercano colaborador del nuevo gobierno.