El proceso de elección de Rector.
Hacia la Nueva Normalidad en la Universidad Autónoma de Nayarit.
Miércoles por la tarde, recibo un mensaje en mi celular de la Dra Norma Galván aspirante a rectora de la UAN, me invita a acompañarla el día siguiente en el registro de su candidatura ante la Comisión Especial creada para tal fin por el Consejo General Universitario.
Mi primera reacción mental es de rechazo, en décadas de mi vida profesional en esta institución, jamás asistí a un acto similar, pero luego acepté gustoso cuando me comentó que sería un grupo reducido el que la acompañe, considerando la situación de la pandemia.
Tradicionalmente el registro del candidato a Rector (siempre había sido un hombre el candidato “oficial”) era un acto tumultuario tipo “cargada” de los tiempos del viejo partido hegemónico. Eso desapareció por diferentes razones que no viene al caso analizar aquí.
El jueves por la tarde nos reunimos a un lado del monumento a Amado Nervo, muy cerca de la Torre de Rectoría, un grupo de menos de 10 universitarios, entre alumnos, maestros-investigadores, trabajadores y familiares de la Dra Norma que la acompañan.
Ya dentro de la Torre de Rectoría, la Comisión que conduce el proceso de elección de rector le hace saber, a la aspirante al cargo, que solamente podrán estar presentes en el procedimiento de entrega-recepción de documentos que validen la legalidad de su candidatura, cuatro personas. Ella decide que serán la compañera universitaria que le apoya con la abultada documentación comprobatoria de requisitos para ser rector, más sus dos pequeñas hijas. Así quedan finalmente frente a la comisión sólo cuatro mujeres.
Parecería un cuadro de pocas fortalezas para sortear la tremenda crisis financiera de la UAN, que se inscribe en una crisis generalizada de todas las universidades públicas de México, incluyendo ahora a la hermana mayor, la UNAM.
Pero a 50 años de su creación, la UAN ya no es una niña, es una universidad joven con gran patrimonio científico tecnológico en su personal y en su infraestructura de investigación. Y la Dra Norma Galván representa en gran medida esas potencialidades. Entre sus fortalezas se puede destacar.
1, Es una reconocida académica con suficiente visión universitaria, científica, tecnológica y humanística.
2. Posee estudios avanzados con orientación a la investigación y las humanidades, condiciones sine qua non para construir la Universidad que el desarrollo de Nayarit necesita.
3. Su desempeño profesional es totalmente universitario y no usaría jamás su eventual función de rectora para escalar hacia puestos político-administrativos fuera de la UAN.
4. No se cree dueña de la verdad absoluta y sabe escuchar diversas opiniones para normar mejor su criterio. Tiene experiencia en ello dado su perfil académico directivo. Además, sabe construir consensos. Cualidades indispensables para un mejor funcionamiento de la democracia tan fundamental en instancias de gobierno universitario como el Consejo General.
Al despedirnos, tuve el gusto de platicar con el Dr Iván Girón -también invitado por Dra Norma Galván- , quien recientemente se ha distinguido por su extraordinaria labor al frente del laboratorio LANIA que ha venido dando un gran soporte a la comunidad universitaria, y sociedad en general, para enfrentar la pandemia de COVID. Hablamos de la importancia de mejorar la infraestructura del laboratorio de primer mundo que él dirige, para desarrollar la medicina preventiva -la cual debe ser personalizada- en los campos de la genética humana y la nutrigenética, como herramientas fundamentales para bajar la mortalidad de las pandemias como el COVID.
No cabe duda que es rejuvenecedor conversar e interactuar con la juventud inteligente y capaz de enfrentar grandes retos.