Potemkin y Catalina
PUNTO CRÍTICO.
Cuando la Zarina rusa Catalina “la grande” anexó Crimea al imperio, su consejero Potemkin le organizó una visita al territorio conquistado.
Potemkin se encargó que Catalina viera exactamente lo que él quería, por lo que a lo largo de la ruta, creó pueblos falsos, con gente alegre y bien comida, con ceremonias y banquetes, fuegos artificiales y toda la parafernalia que implica una gira del poderoso.
La Zarina quedó encantada ante la visión de su reino feliz, feliz, como una lombriz. Nunca vio el hambre, la enfermedad, las huellas de una guerra cruenta… Sólo banquetes y fiestas.
que únicamente ve él y algunos de sus fidelizados, quienes como los habitantes de los pueblos de ornato de Crimea, no ven la dolorosa situación de la patria, devastada en lo sanitario, en lo econóGuardando toda proporción, algo similar le sucede a nuestro presidente de la República, López Obrador, quien como Potemkin, ha creado un país de utileríamico y en lo social, producto de las equivocadas política públicas que se empeña en realizar.
Es verdad que los gobiernos anteriores dejaron al país sostenido por alfileres, con corrupción e impunidad que se transformaron en miles de muertos.
Es cierto que la pandemia producto del covid19 trajo un escenario inesperado y fatal, que le dió la puntilla a la desastrosa conducción de México, acelerando la crisis de salud y económica.
Pero también es verdad que el Peje ya conocía la situación de la nación, pues llevaba 18 años en campaña política permanente, recorriendo todos los municipios de México.
Es imposible decir que desconocía el México que heredaba y prometió cambiar las cosas, prometiendo todo tipo de soluciones.
Por ejemplo, es verdad que Borolas y el Copetón dejaron ensangrentado al país. Pero ahora estamos peor. La matanza se incrementó y ahora hasta con cinismo se perdona y libera a narcos.
Desde antes de la brusca aparición del covid19, se dedicó a destruir al sector salud, aplicando recortes en todos los rubros, para financiar sus tres proyectos emblemáticos: aeropuerto Santa Lucía, tren Maya y refinería de Dos Bocas.
De igual manera desvalijó a todas las dependencias y todos los programas, con el pretexto de la corrupción, para afianzar sus programas sociales de ninis y adultos mayores, hechos para tener clientela electoral cautiva.
Pero la corrupción no terminó, si no que aumentó: los casos de Guevara, Zoe, Pío, Eréndira, Ackerman, Bartlett, Martinazo, el manejo del instituto para devolver al pueblo lo robado, en el que se robaron las cosas, las compras sin licitación (80%), etcétera lo demuestran.
Ya quebró a PEMEX, a la CFE pretende dejarla sin competencia como en los años 70, se agarró los fondos de emergencias y de 150 mil millones lo dejó en tres mil millones, jodió a los fideicomisos y va sobre las afores.
La pandemia manejada por un merolico charlatán que dijo que no pasaríamos de 6 mil muertos, luego que 60 mil sería una catástrofe y ya vamos en 400 mil muertos.
Pero para López Obrador todo es por los neoliberales, los conservadores, los fifis, la prensa chayotera nacional y extranjera y culpa de todos, los ricos, el pasado, cualquiera, menos él.
Se han perdido casi dos millones de empleos.
México va a la peor crisis de su historia dirigidos por un viejo terco, ciego, visceral, anacrónico, que como virtud tiene hipnotizar a la mayoría de los votantes.
Vivimos en un espejismo mañanero…
La realidad es otra.