¡Bienvenido 2022!
Hemos vivido un año singular; 2021 termina con un saldo a favor, la humanidad -pese a su necia conducta- logró la hazaña de crear una vacuna contra el coronavirus, antes de ser parte de nuestro cotidiano enfermar viral está dando el coletazo final con la variante Omicron.
México sigue inmerso en la contienda y las próximas elecciones serán definitorias para el futuro inmediato.
Nayarit vive la epifanía de un gobierno serio y responsable con un político profesional que tiene la madurez y el talento suficiente para cumplir todas las expectativas que despertó y que como nunca tiene la más grande legitimidad que le dieron los votos.
En lo particular, aprendí que amar es mejor que corregir a mis seres queridos; llegué a la edad de que “me parece perfecto” (María Félix dixit*) ante las opiniones y diatribas de los demás.
Y constatado que el perdón y la condescendencia ante la estupidez es la mejor receta para vivir en paz.
Sigo trabajando como el primer día en que me hice cargo de mi existencia y de los míos.
Aprecio como nunca el valor de la amistad que me prodigan mis amigos; y me enorgullece el talento de mis hijos y mis nietos.
Mi esposa Tere sigue siendo el eje de nuestra existencia y cada día es una extraordinaria aventura estar juntos.
Esta existencia no es un carnaval, es un complicado juego de Ajedrez, que en ocasiones hay que arriesgar con un gambito para obtener una buena pieza; veo sin pudores, sin complejos y con seguridad la ruta que me falta cubrir, espero seguir haciendo birdies en el Golf, nadar más de mil metros diarios y viajar a esas ciudades que aún me falta conocer.
Y seguir siendo útil a mis semejantes, con un copa de buen tinto y de vez en cuando un wisqui añejado o un coctel de Vodka Absolut con Campari.
Hemos de vivir confiados en nuestras alas, capaces de enfrentar las tormentas y adversidades; seguir estudiando como el primer día en que aprendí a leer solo, en los pasillos de aquella escuela rural de Zapotán.
Deseo ferviertemente, que a nuestros amigos les vaya bién, que cenen sabroso y tomen buenos vinos; feliz noche vieja y un mejor mucho mejor año 2022.
Total, ¡gano el fabuloso Aclas, ya más no puedo pedir!